TIEMPOS LITURGICOS

TIEMPOS LITURGICOS

sábado, 30 de junio de 2012

LA ADORACIÓN NOCTURNA EN EL TRIDUO EUCARÍSTICO Y LA SOLEMNIDAD DEL CORPUS CHRISTI.

    
     Como en años anteriores y convocados por el Cabildo Catedralicio, el pasado 7 de junio, celebramos el primer día del Triduo Eucarístico previo a la Solemnidad de Corpus Christi.


     Bajo la sombra de nuestra blanca bandera, que desde el presbiterio de la S.I. Catedral nos recuerda nuestro carisma de adoradores eucarísticos y presididos por nuestro Consiliario Diocesano Rdº. P. D. Guillermo, pudimos reunirnos unos treinta Adoradores de los diferentes Turnos diocesanos.
 
     El día 10 volvíamos a reunirnos en el Primer Templo para participar en el Solemne Pontifical presidido por nuestro Obispo D. Rafael en éste su primer Corpus en la sede gaditana.

     Mons. Zornoza en su homilía, coincidiendo con el Día de la Caridad, recordó a los más necesitados y a todos los que sufren por la crisis económica. Haciendo un llamamiento a la colaboración de todos con aportaciones a la Cáritas Diocesana, de la que destacó la enorme labor que está realizando en estos difíciles momentos.

     Finalizado el pontifical formamos en corporación dentro del Templo, procesionando, como en años anteriores, con el cortejo que junto a Su Divina Majestad recorrió las diferentes calles del casco antiguo.







   Concluida la procesión y una vez dentro de la S.I. Catedral se procedió a la bendición de los asistentes y reserva Eucarística siéndole rendido honores a S.D.M. por los Guiones y Banderas de las diferentes asociaciones participantes; quedando comprometidos desde ese momento para el año próximo.

domingo, 10 de junio de 2012

Jornada de la caridad en la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

 
     La Eucaristía está siempre en el centro de la vida de la Iglesia, porque no es simplemente una cosa, sino una persona, Cristo vivo y glorioso, que murió por nosotros y resucitó para nuestra salvación. El encuentro con Jesucristo vivo en el sacramento, en el Sagrario, en la celebración de la Santa Misa constituye la fuente permanente de renovación de la Iglesia que vive de la Eucaristía…

     La Eucaristía nos habla de presencia verdadera, real y sustancial de Nuestro Señor Jesucristo, el Amor de los amores, el Hijo de Dios hecho hombre. ¡Dios está aquí, venid adoradores, adoremos a Cristo Redentor! Nuestros ojos no ven y nuestros sentidos quedan colgados sin satisfacerse ante el misterio. Pero la fe se hace fuerte, creyendo la Palabra de Dios que nos dice: Jesús está aquí de manera única. Acudamos a estar con Él. Él se ha quedado con nosotros hasta el fin de los tiempos para que lo encontremos siempre como amigo, dispuesto a ser nuestro confidente y a irradiar su Espíritu Santo sobre nosotros.

     La Eucaristía nos habla de ofrenda de la propia vida. Jesucristo no ha ofrecido víctimas animales para sellar la Nueva Alianza, sino que se ha ofrecido a sí mismo. Ha ofrecido su existencia, su vida, su corazón, su cuerpo. Este es el culto nuevo que Cristo ha inaugurado. Él se ofrece y nos incorpora a nosotros a su ofrenda por la acción del Espíritu Santo, "que Él [el Espíritu Santo] nos transforme en ofrenda permanente". Hacer de la propia vida una ofrenda junto con Cristo sacerdote y víctima es el objetivo principal de la Eucaristía, el culto nuevo del Nuevo Testamento. Se puede participar en la Eucaristía, aunque no se pueda comulgar, uniendo la propia vida a la de Cristo para hacerse con Él ofrenda permanente.

     La Eucaristía nos habla de unión en el amor. La Eucaristía hace a la Iglesia, como comunidad reunida, alimentada de un mismo pan y de un mismo cáliz (el cuerpo y la sangre del Señor), una familia reunida en el amor, donde nadie pasa necesidad, porque lo tienen todo en común (cf Hech. 4,32). Mirad cómo se aman. La Eucaristía es la fuente de la comunión intraeclesial, y nos envía al mundo para ser testigos de ese amor que transforma la sociedad. "Amaos unos a otros como yo os he amado" (Jn 15,12). De la Eucaristía vivida brota la caridad hacia los hermanos, especialmente hacia los necesitados. De la Eucaristía vivida han brotado las grandes energías de los santos, que se han sentido impulsados a la evangelización hasta dar la vida, que se han despojado de todo para compartir con los que no tienen, que se han entregado a todo tipo de obras de misericordia con los demás. La Eucaristía ha sido el gran motor de los cambios sociales a lo largo de la historia. También hoy, la Eucaristía es como una fisión nuclear que inunda el mundo de amor para transformarlo desde dentro.

     Vivamos la fiesta del Corpus Christi con sentido de adoración ante Dios cercano, con sentido de comunión con Cristo y con sus padecimientos, ofreciendo nuestra vida, con sentido de amor fraterno hasta dar la vida por los hermanos.

Con mi afecto y bendición:

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba



Esta fiesta se celebra en la Iglesia Latina el Jueves siguiente al Domingo de la Santísima Trinidad para conmemorar solemnemente la institución de la Sagrada Eucaristía.

     A fines del siglo XIII surgió en Lieja, Bélgica, un Movimiento Eucarístico cuyo centro fue la Abadía de Cornillón fundada en 1124 por el Obispo Albero de Lieja. Este movimiento dio origen a varias costumbres eucarísticas, como por ejemplo la Exposición y Bendición con el Santísimo Sacramento, el uso de las campanillas durante la elevación en la Misa y la fiesta del Corpus Christi.

     Santa Juliana de Mont Cornillón (Retines, Bélgica en 1193 - +5 de abril de 1258, en la casa de las monjas Cistercienses en Fosses y enterrada en Villiers). por aquellos años priora de la Abadía, fue la enviada de Dios para propiciar esta Fiesta. Tuvo una gran veneración al Santísimo Sacramento. Y siempre anhelaba que se tuviera una fiesta especial en su honor. Este deseo fue intensificado por una visión que tuvo de la Iglesia bajo la apariencia de luna llena con una mancha negra, que significaba la ausencia de esta solemnidad.

     Juliana comunicó estas apariciones a Mons. Roberto de Thorete, el entonces obispo de Lieja, también al docto Dominico Hugh, más tarde cardenal legado de los Países Bajos y a Jacques Pantaleón, en ese tiempo archidiácono de Lieja, más tarde Papa Urbano IV.

     El obispo Roberto se impresionó favorablemente y, como en ese tiempo los obispos tenían el derecho de ordenar fiestas para sus diócesis, convocó un sínodo en 1246 y ordenó que la celebración se tuviera el año entrante; al mismo tiempo el Papa ordenó, que un monje de nombre Juan escribiera el oficio para esa ocasión. El decreto está preservado en Binterim (Denkwürdigkeiten, V.I. 276), junto con algunas partes del oficio.

     La fiesta se celebró por primera vez al año siguiente el jueves posterior a la fiesta de la Santísima Trinidad. Más tarde un obispo alemán conoció la costumbre y la extendió por toda la actual Alemania.

     El Papa Urbano IV, por aquél entonces, tenía la corte en Orvieto, un poco al norte de Roma. Muy cerca de esta localidad se encuentra Bolsena, donde en 1263 o 1264 se produjo el Milagro de Bolsena: un sacerdote que celebraba la Santa Misa tuvo dudas de que la Consagración fuera algo real. Al momento de partir la Sagrada Forma, vio salir de ella sangre de la que se fue empapando en seguida el corporal. La venerada reliquia fue llevada en procesión a Orvieto el 19 junio de 1264. Hoy se conservan los corporales -donde se apoya el cáliz y la patena durante la Misa- en Orvieto, y también se puede ver la piedra del altar en Bolsena, manchada de sangre.

     El Santo Padre movido por el prodigio, y a petición de varios obispos, hace que se extienda la fiesta del Corpus Christi a toda la Iglesia por medio de la bula "Transiturus" del 8 septiembre del mismo año, fijándola para el jueves después de la octava de Pentecostés y otorgando muchas indulgencias a todos los fieles que asistieran a la Santa Misa y al oficio.

     En 1317 se promulga una recopilación de leyes -por Juan XXII- y así se extiende la fiesta a toda la Iglesia. Aunque ninguno de los decretos habla de la procesión con el Santísimo como un aspecto de la celebración, sin embargo estas procesiones fueron dotadas de indulgencias por los Papas Martín V y Eugenio IV, y se hicieron bastante comunes a partir del siglo XIV.



     Finalmente, el Concilio de Trento declara que muy piadosa y religiosamente fue introducida en la Iglesia de Dios la costumbre, que todos los años, determinado día festivo, se celebre este excelso y venerable sacramento con singular veneración y solemnidad; y reverente y honoríficamente sea llevado en procesión por las calles y lugares públicos. En esto los cristianos atestiguan su gratitud y recuerdo por tan inefable y verdaderamente divino beneficio, por el que se hace nuevamente presente la victoria y triunfo de la muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
1ª VIGILIA EUCARÍSTICA-MARIANA.

     Los pasados días 28/29 de Abril celebramos la 1ª Vigila Mariana en el Santuario de Nuestra Señora del Rocío de la localidad de Almonte (Huelva) convocados por los Consejos de las Zonas oriental y occidental de la Adoración Nocturna Española y preparada, con no poco esfuerzo y dedicación, por las Secciones Diocesanas ANE/ANFE de Huelva y con la inestimable colaboración de la Hermandad Matriz de Almonte.


     Pudimos reunirnos unos 400 Adoradores/as, venidos de las Diócesis de Asidonia/Jerez – Cádiz – Córdoba – Jaén – Sevilla y la anfitriona de Huelva, los que bajo la protección de Ntrª. Srª. de las marismas y a la sombra blanca de las 24 Banderas de Sección fuimos capaces de superar no pocos contratiempos.


     Día pasado por agua pero que la voluntad, el amor a Jesús Sacramentado y a su Excelsa Madre, no empañaron ninguno de los actos que en su honor celebramos.

     Comenzamos con la tradicional procesión de banderas que desde la casa de Hermandad de Bollullos, y una vez hubo dejado de llover, nos llevó hasta el Santuario de Ntrª. Srª. donde dieron comienzo los actos con la bienvenida a las secciones que junto a sus banderas formaron el cortejo, concluido el cual se continuó con el rezo de vísperas.

     Tras un descanso formamos nuevamente con las banderas y el Simpecado de la Hermandad Matriz para el rezo del Santo Rosario, que por las calles de la aldea y en completo silencio, dimos muestra de gran devoción y cariño a Ntrª. Srª. de las Marismas, regresando nuevamente al Templo donde dio comienzo la Santa Misa presidida en esta ocasión por el Excmo. y Rvmo. D. José Vilaplana Blasco Obispo de Huelva y concelebrada por el Capellán del Santuario y siete sacerdotes, entre ellos varios consiliarios de sección.


     Gran realce a la liturgia dio el coro que venido de la capital participó junto a nosotros.

     En la homilía D. José nos recordó como Jesús, Buen Pastor, se hizo alimento espiritual en la Eucaristía, en el Santísimo Sacramento…


     Finalizada la Eucaristía se procedió a la Ostensión de Su Divina Majestad, dando comienzo, en el mas absoluto silencio, los turnos de adoración que fueron dirigidos por los presidentes diocesanos asistentes.

     A pesar del cansancio el rezo de laudes y la procesión eucarística posterior fueron seguidas con una exquisita devoción y aunque no se pudo salir al exterior para la bendición de las marismas, dado el aguacero que en esos momentos caía, no quedó deslucido en modo alguno, realizándose la misma por las naves laterales del Templo y la posterior bendición desde la puerta principal del Santuario.

Sobre las seis horas concluyeron los actos y “tomando los caminos de vuelta” cada sección retornó a su residencia, quedando en el convencimiento de que nuevamente podremos vivir, si Dios nos da fuerza otra Vigilia en la Aldea junto a Ntrª. Srª. de las Marismas y al Pastorcito Divino.



sábado, 2 de junio de 2012

JORNADA POR LA VIDA CONTEMPLATIVA EN LA SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD



Pro orantibus:    Día de oración por los hombres y mujeres que en la Iglesia viven entregados a la contemplación, de ordinario en monasterios llamados de clausura: cerrados, apartados del mundo y de la actividad apostólica directa. Por la oración y contemplación podemos entrar en el dinamismo interno de la Trinidad: por el Hijo, con la fuerza y ayuda del Espíritu, llegamos al Padre y se establece una corriente de circulación de amor y en el amor.

… Con su vida de silencio, trabajo y plegaria, tanto de adoración y de glorificación de Dios, como de súplica por las necesidades de sus hermanos y hermanas del mundo, son un recuerdo constante de la importancia y de la actualidad de la contemplación.

   Contemplar es mirar atentamente y con admiración. Las personas de hoy, tan apresuradas y agobiadas por muchos problemas, tenemos una urgente necesidad de recuperar esta actitud, incluso como actitud humana. Los poetas son maestros en la actitud de contemplar la realidad y la misma naturaleza y expresar en bellas palabras sus sentimientos. Los padres viven con naturalidad la contemplación del nacer y crecer de sus hijos, admirados de haber sido colaboradores de Dios en tal cometido. Los creyentes se saben llamados a vivir en la inagotable admiración por la belleza y la santidad de Dios.

   Durante nuestra peregrinación terrena, la actitud contemplativa es la capacidad de comprender, admirar y saborear las cosas de Dios y sus huellas en la creación. Desde la teología, la contemplación es la mirada dirigida a Dios, a su Hijo Jesucristo, a la Palabra de Dios consignada en la Biblia. Es una mirada que procede de la fe, la esperanza y el amor –sin la gracia de Dios esta contemplación cristiana no sería posible- y tiende fervientemente al amor. Un paradigma de la contemplación cristiana es la famosa “contemplación para alcanzar amor”, que san Ignacio de Loyola propone en la cuarta semana de sus Ejercicios espirituales.

   Este año la jornada dedicada a los monjes y monjas de nuestros monasterios tiene un lema muy propio y adecuado a lo que es su vida. Es una cita del salmo 34,6: “Levantad los ojos hacia Dios y seréis radiantes”. Es un llamamiento a mirar todas las cosas desde la visión y la sabiduría de la fe; una invitación a dar a Dios la primacía que merece; a pedir que podamos tener parte de esa sabiduría. Y el lema secundario alude al presente al decir que “la contemplación es la luz dela Nueva Evangelización”.

   Según Santo Tomás de Aquino, la vida apostólica es esencialmente una vida contemplativa, a la que se añade la comunicación a los otros de lo que se ha contemplado. Por eso todo cristiano está llamado a ser un contemplativo y el Concilio Vaticano II lo recomienda especialmente a los sacerdotes, porque están llamados a transmitir a los demás aquello que han contemplado (Cf. Presbyterorum Ordinis , 13).

+ Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa