TIEMPOS LITURGICOS

TIEMPOS LITURGICOS

sábado, 25 de junio de 2016

DOMINGO 26 DE JUNIO, 13º DEL TIEMPO ORDINARIO



TE SEGUIRÉ DONDE VAYAS”


     El relato de San Lucas es como una especie de diario de viaje. Todo el camino de subida a Jerusalén, una larga subida que dura el ministerio público de Jesús junto a sus discípulos, sirve para narrar la Buena Noticia. Así se van agrupando los lugares, las circunstancias, y sobre todo los rincones del corazón humano que ven llegar y pasar a Jesús por sus entresijos. En el Evangelio de este domingo se agrupan varias escenas de estas de Jesús con los suyos, mientras van camino de Jerusalén. Un camino que conducía a una meta difícil pero insalvable porque era el final de la vida humana del Señor. Como estribillo en este final de trayecto, aparece lo que en realidad ha sido la constante de toda la existencia de Jesús: ser anunciador e inaugurador del Reino de Dios.
       La vida de todo discípulo de Jesús siempre será un camino, un subir a Jerusalén, en cuya andanza lo determinante y lo decisivo será el seguimiento de Alguien, la pertenencia a Él, la adhesión a su Persona, la escucha de su Palabra, la vivencia de su misma Vida. La vida cristiana, no es, por tanto, una organización, una estrategia, una programación moralista, ni un marketing religioso. La vida cristiana ha sido y es una pertenencia a Jesucristo, vivida como peregrinos y caminantes, mientras vamos subiendo a la Jerusalén eterna. Por esta razón era improcedente por parte de los discípulos, mandar al fuego a los que no acogieron a Jesús, cuando ellos a su vez también le rechazaban al estar aplazando su seguimiento cuando les invitó a seguirle.
       Nosotros, discípulos al fin, acaso podamos caer igualmente en una vivencia cristiana intolerante de los otros, cuando tantas veces tenemos demasiadas excusas para vivir un seguimiento de Jesús que se haga pertenencia real de nuestro corazón al Suyo. Ojalá que no permanezcamos indiferentes ante tantos rechazos del Señor (los que a Él mismo le hacen y los que puedan hacer a los que ha vinculado a su destino: los pobres, los marginales, los enfermos, los ancianos, cualquier persona nacida o no nacida), pero la mejor manera de mostrar nuestro dolor por esos rechazos no es la venganza en cualquiera de sus formas –como les sucedió a los acompañantes de Jesús en este evangelio–, sino nuestra acogida cordial y grande del Señor y de cuantos Él ama. Sería hipócrita escandalizarnos e indignarnos por tantos desmanes como pueden suceder en nuestro mundo, si a nuestra medida y en nuestra proporción nos sucede a nosotros también.
       La actitud justa de quien ve en otros la fuga y el desprecio hacia el Señor, no es pedir fuego sobre ellos, sino seguirle a donde Él diga “sígueme”, pertenecerle cada vez más desde nuestro lugar en la Iglesia y en el mundo. Porque siempre estaremos tentados de entonar soflamas para los demás afeándoles sus incoherencias y pecados, tantas veces para evitar mirarnos nosotros en el espejo de la verdad. La confrontación de nuestra humilde verdad con Aquel que nos invita a ser sus discípulos, pasa por el seguimiento real de la vocación recibida. Porque estar junto a Jesús no nos constituye en sus gendarmes, sino en sus discípulos. Sólo cabe seguirle hacia delante, sin mirar hacia atrás.

+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm - Arzobispo de Oviedo


jueves, 23 de junio de 2016

JUNIO 2016

«Vivid en paz unos con otros» (Mc 9, 50).

¡Qué entonada esta invitación de Jesús a la paz en medio de los conflictos que desgarran a la humanidad en tantas partes del mundo! Mantiene viva la esperanza, sabiendo que Él es la paz y ha prometido darnos su paz.
El Evangelio de Marcos recoge esta palabra de Jesús al término de una serie de dichos que dirige a sus discípulos, reunidos en casa en Cafarnaúm, en los que explica cómo debería vivir su comunidad. La conclusión es clara: todo debe llevar a la paz, la cual contiene todo bien.
Y esta paz estamos llamados a experimentarla en la vida cotidiana: en la familia, en el trabajo, con quien piensa distinto en política. Una paz que no teme encontrarse con opiniones discordantes, de las que hay que hablar abiertamente si queremos una unidad cada vez más verdadera y profunda. Una paz que exige al mismo tiempo que estemos atentos a que la relación de amor nunca falte, porque el otro vale más que las diferencias que pueda haber entre nosotros.
«Dondequiera que llega la unidad y el amor recíproco -afirmaba Chiara Lubich-, llega la paz, la paz verdadera. Porque donde hay amor recíproco, está presente en cierta medida Jesús en medio de nosotros, y Él es la paz, la paz por excelencia».
Su ideal de unidad había nacido durante la segunda guerra mundial, y enseguida se reveló como un antídoto al odio y a la aflicción. Desde entonces, ante cualquier nuevo conflicto, Chiara siguió proponiendo con tenacidad la lógica evangélica del amor. Por ejemplo, cuando estalló la guerra de Irak en 1990, expresó su amarga sorpresa al oír «palabras que creía sepultadas, como "el enemigo'; "los enemigos'; "comienzan las hostilidades': además de los partes de guerra, los prisioneros, las derrotas [...]. Nos dimos cuenta con consternación de que se hería en lo más profundo el principio fundamental del cristianismo, el "mandato" por excelencia de Jesús, el mandamiento "nuevo': [...] En lugar de amarse mutuamente, en lugar de estar dispuestos a morir el uno por el otro», la humanidad volvía a caer «en el abismo del odio»: desprecio, torturas, matanzas. ¿Cómo salir de ahí?, nos preguntábamos. «Debemos tejer, donde sea posible, relaciones nuevas, o profundizar en las ya existentes, entre los cristianos y los fieles de las otras religiones monoteístas: los musulmanes y los judíos», o sea, entre quienes estaban entonces en conflicto.

«Vivid en paz unos con otros»

Lo mismo vale para cualquier tipo de conflicto: tejer entre personas y pueblos relaciones de escucha, de ayuda recíproca, de amor, diría Chiara, hasta «estar dispuestos a morir el uno por el otro». Hace falta dejar de lado nuestras propias razones para entender las del otro, aun sabiendo que no siempre llegaremos a entenderlo hasta el fondo. También el otro hará probablemente lo mismo que yo y quizá tampoco él me entenderá a mí ni mis razones. Sin embargo, queremos permanecer abiertos al otro, aunque persistan las diferencias y la incomprensión, y salvar ante todo la relación con él.
El Evangelio lo plantea como un imperativo: «Vivid en paz», señal de que requiere un compromiso serio y exigente. Es una de las expresiones más esenciales del amor y de la misericordia que estamos llamados a vivir unos con otros.

Fabio Ciardi


AVISO PARA ADORADORAS/ES DE LAS SECCIONES Y TURNOS DIOCESANOS



Querido hermano en Xtº. Eucaristía:
     Con la presente queremos invitarle a que participe con su Sección en la próxima Vigilia diocesana de las Espigas, convocada por el Consejo Superior Diocesano de Cádiz, y que se celebrará D.m. el sábado 25 de Junio en la Parroquia de San Mateo Apóstol de la localidad de Tarifa (Cádiz).

    VIGILIA  DIOCESANA  DE  LAS  ESPIGAS
      (Organiza el Consejo Diocesano y la Sección de la Adoración Nocturna junto al consejo Parroquial de San Mateo de Tarifa.)

      Días 25 y 26 de Junio de 2016.
              PROGRAMA DE ACTOS

Día 25 de Junio:
20,00.-  Salida desde Cádiz.
22,30.-  Reunión de Banderas  en las dependencias parroquiales y    Procesión de Banderas por las calles de la feligresía.
23,30.- Vísperas y Santa Misa presidida por el Sr. Delegado Episcopal Rdº D. Juan José Marina.

Día 26 de Junio:
00,30.-   Turnos de Vela ante el Santísimo Sacramento.
04,30.-   Santo Rosario y rezo de Laudes; Procesión Eucarística con Su Divina Majestad  para la Bendición de los Campos. Regreso al Templo, Oración final y despedida.

     Siendo consciente del poco tiempo con que contamos le pido que haga un esfuerzo y participe con todos los adoradores/as que esa noche estaremos en oración junto a Jesús Sacramentado; rogándole a los Jefes y Secretarios de Sección que sean diligentes a la hora de facilitar los datos y las colaboraciones requeridas, al objeto de no retrasar los horarios previstos.
     También con el fin de facilitar el desplazamiento hasta la localidad de Tarifa (Cádiz) y conseguir una mayor asistencia de adoradores/as y su comodidad, éste Consejo Diocesano,  contratará un autobús (siempre que se cubran un mínimo de plazas). A tal efecto y para evitar traslados innecesarios quedan establecidas las siguientes paradas:
 

CÁDIZ.-  salida 20,00h del día 25 de Junio desde la Plaza de la Hispanidad (antigua estación de autobuses), –San Felipe – Residencia.

PUERTO REAL.-      20,15h - En parada del Campo de Futbol.

SAN FERNANDO.-   20,30h – En parada de Policía Local.

CHICLANA.-           21,00H – En nueva parada del Campo de Futbol.

BARBATE.-             21,30h – En Parada de Transportes Comes.


 (Estos horarios tan ajustados se consideraran aproximados debido a las paradas que hay que realizar en su largo recorrido por lo que se solicita su caritativa comprensión en el caso de retrasos)

  Recuerda que Jesús Sacramentado nos espera.

 EL PRESIDENTE DIOCESANO
Fdº: Antonio Llaves Villanueva